La férula dental de descarga tiene que estar hecha de una resina dura (en ocasiones con refuerzos metálicos) y puede colocarse en el maxilar superior o en el inferior según el criterio del especialista. Es importante que cada férula dental de descarga esté bien ajustada para que, al contactar con los dientes, el contacto sea uniforme, ya que de lo contrario podría agravar el problema en la mandíbula. Es conveniente que la férula se revise de manera anual y que se ajuste en caso necesario, pero siempre bajo criterio del especialista.
La función principal de la férula que se coloca por la noche es la de relajar los músculos, evitando que estos se tensionen, motivo por el que se aprietan los dientes hasta hacerlos rechinar (es lo que se conoce como bruxismo).
La férula, situada sobre los dientes del paciente, permite que los huesos maxilares se sitúen en la posición correcta, evitando que se ejerza una fuerza mayor a la conveniente.
El uso continuado de la férula dental de descarga permite evitar el desgaste de los dientes, así como reducir el dolor de mandíbula, el dolor de cabeza o el dolor de oídos y cuello.
Otro tipo de férulas
Además de las férulas de descarga indicadas para tratar el bruxismo, existen otro tipo de férulas, como la férula de reposicionamiento, que están indicadas para aquellos pacientes que han sufrido una luxación del disco mandibular (no se encuentra en su posición) lo que puede ocasionar dolor, limitaciones manipulares o ruidos al abrir y cerrar la boca. Con esta férula, se logra recolocar el disco del paciente en una óptima posición y evitar, en muchos, casos una actuación quirúrgica sobre la mandíbula.
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