Se realiza con fines terapéuticos, ya sea como tratamiento único o como una terapia complementaria a otros tratamientos.
El ozono para uso medicinal es una mezcla de oxigeno-ozono que se logra por el paso de oxígeno puro (O2) por una descarga eléctrica de alto voltaje y alta frecuencia. Esta reacción química, realizada por un equipo especial de electromedicina, produce un gas con distintas concentraciones de ozono, acorde a la patología y el tratamiento. El gas, al entrar en contacto con el organismo, reacciona con los ácidos grasos insaturados convirtiéndolos en ozónidos y luego en peróxidos, que producen cambios químicos terapéuticos.
Efectos terapéuticos del ozono
Estimulación de la circulación de la sangre: El ozono cura porque mejora el metabolismo en forma integral. Por un lado, la circulación sanguínea mejora en los tejidos afectados. Por otro, el transporte de oxígeno y, por lo tanto el suministro de energía a las áreas inflamadas, es mejorado. Así mismo, al activar la circulación sanguínea, se favorece la desintoxicación del hígado y se reducen los niveles de colesterol y ácido úrico, ayudando a eliminar los componentes sólidos de la sangre. Las aplicaciones sucesivas de ozono médico a nivel general (sistémicas) redundan en un aumento significativo del aporte de oxígeno en todas las células del organismo, lo que supone, a grandes rasgos, una mejora en la capacidad celular para autorrepararse, decreciendo sustancialmente el daño celular por falta de oxigenación, independientemente de la enfermedad subyacente.
Activación del sistema inmunológico: El sistema inmunológico es estimulado de forma positiva por el ozono médico. Por un lado, los productos fruto de la descomposición del ozono se comportan como activadores biológicos que mejoran el balance energético celular y potencian la capacidad de nuestro sistema defensivo, en beneficio de enfermedades de tipo alérgico-autoinmune como son la psoriasis, el asma o la artritis reumatoide. Por otro lado, el ozono también tiene un efecto vacuna, por cuanto fragmentos de virus, parcialmente destruidos, pueden funcionar como estímulo en la producción de anticuerpos. Además, como el ozono induce a una mayor agresividad de los leucocitos, hace que los virus sean atacados más rápidamente y con mayor fuerza.
Actividad germicida general: El ozono médico también actúa como antiinfeccioso, con potentes propiedades fungicidas, bactericidas y virucidas, ya que al no poder ser inactivado por sistemas enzimáticos, actúa sobre cualquier tipo de agresor.
Estimulación de las defensas enzimáticas: El ozono es capaz de potenciar el sistema antioxidante y corregir el desequilibrio en el Sistema Redox. Distintos trabajos científicos han evidenciado que el ozono estimula la producción de las tres enzimas que conforman la principal defensa del organismo ante los radicales libres: la superóxido dismutasa, la catalasa y la glutatión peroxidasa. El oxígeno es muerte y vida, ya que la llegada de oxígeno a las células lleva consigo la formación de radicales libres y el equilibrio entre producción y eliminación de los mismos (Sistema Redox) depende, en gran medida, del buen funcionamiento de las enzimas antioxidantes. Así, el ozono actuaría limpiando los desechos celulares que se acumulan a lo largo de la vida y en situaciones de estrés mediante la neutralización de los radicales libres. De acuerdo con este concepto, la ozonoterapia preventiva tendría un “efecto de antienvejecimiento celular”, ya que el concepto actual de envejecimiento está basado en el acumulo de radicales a nivel intracelular (estrés oxidativo). Estas conclusiones pueden tener una implicación práctica importante, ya que las infecciones virales crónicas, el cáncer, las autoinmunodeficiencias y los trastornos neurodegenerativos están acompañados por un estado pro-oxidante con un progresivo deterioro de la desintoxicación intracelular.
Regeneración de los tejidos: El ozono ha demostrado tener un efecto estimulante en el sistema retículo-endoteliar, siendo capaz de reparar y de recuperar la pared interna de los pequeños vasos sanguíneos, consiguiendo un alto grado de eficacia en la recuperación de las úlceras en pacientes diabéticos. También ha demostrado un efecto beneficioso sobre el óxido nítrico, crucial en mantener a niveles óptimos la dilatación capilar y del flujo sanguíneo.
Este conjunto de beneficios hace que las aplicaciones terapéuticas también sean muchas y para distintas enfermedades. Desde carcinomas; esclerosis cerebral y parkinson; hasta cistitis, trastornos circulatorios, cirrosis hepáticas, hepatitis y enfermedades vesiculares.
También se tratan enfermedades reumáticas en general, poliartrosis, hernias discales, artrosis, tromboflebitis y varices; gangrena y úlceras diabéticas; colitis ulcerosa, colon irritable, eczema anal, fisuras y fístulas anales, hemorroides e infecciones genitales.
El ozono también se utiliza para curar enfermedades de la piel como heridas resistentes a la cicatrización, infecciones (abscesos, fístulas, forúnculos, acné, etc.), quemaduras, hongos y herpes.
En el campo de la estética, también ha demostrado su efectividad en el tratamiento de la lipodistrofia local (celulitis) y como agente rejuvenecedor de la piel (efecto antiaging).
Métodos para aplicar el ozono:
Los tratamientos son rápidos, eficaces y económicos, consistiendo en un número de sesiones que varían en cantidad y duración, según la afección que se trata. Las aplicaciones son muy seguras, ya que prácticamente carecen efectos adversos.
La mezcla gaseosa de oxigeno-ozono se puede aplicar de múltiples maneras:
En forma local mediante una campana de vidrio o una bolsa plástica acorde a las distintas partes del cuerpo a tratar (pierna, brazo, etc.).
Inyecciones locales mediante infiltración a nivel subcutáneo o intramuscular.
A través de autohemotransfusión que consiste en la extracción de sangre a la cual se le agrega el oxígeno-ozono, se mezcla con la sangre y sin sacar la aguja, se la vuelve a inyectar en la corriente sanguínea.
Mediante insuflación rectal que se realiza aplicando directamente el gas por medio de una sonda fina, como si fuera un enema.
A través de cremas y pomadas en forma de aceites ozonizados.Si quieres obtener más información sobre la ozonoterapia contacta con nosotros o visítanos en nuestra clínica en Alicante.