Lo creas o no, tu boca cambia mucho a lo largo de tu vida. Tras la primera dentición, comienzan a aparecer los dientes definitivos. Después de los 17 años, algunas personas experimentan la llegada de los terceros molares o la muela del juicio.
Algunas veces, estos molares brotan sin problema, asimilándose a tu dentadura sin mayores contratiempos. En otras ocasiones, las muelas del juicio puede presentar molestias muy dolorosas, que por momentos se hacen insoportables. ¿Cómo evitar este malestar? ¿Qué hacer si esto ocurre?
Aquí te explicaremos todo.
¿Qué es la muela del juicio?
Los terceros molares, la muela del juicio o las muelas cordales, son los últimos dientes en aparecer. Brotan durante la edad adulta, entre los 17 y los 21 años, precisamente por eso reciben el nombre con el que se las suele conocer comúnmente.
Debido a que son piezas dentales contundentes, el dolor que producen a medida que brotan puede ser sumamente molesto, esto sin mencionar que en algunos casos las cordales o muelas del juicio pueden estar impactadas, adoptando una mala posición dentro de la encía que empuja al resto de los dientes, causando problemas de maloclusión o atravesando inconvenientes para salir.
Esto ocurre cuando el ángulo del molar en la encía no es el más cómodo o cuando no hay espacio en la boca para estas piezas dentales. Cada uno de nosotros tiene cuatro muelas del juicio. Dos arriba y dos en la parte inferior de la boca.
Muchas veces el dolor que provocan es momentáneo y desaparece solo, especialmente si las muelas brotan sin problemas, pero, ¿Qué hacer si el dolor es persistente?
¿Cómo aliviar el dolor en la muela del juicio?
Muchas veces, los especialistas recomiendan la extracción de las muelas del juicio, incluso antes de que comiencen a brotar. Un estudio radiográfico con la última tecnología ayuda a los especialistas de Kranion a evaluar el estado de tus terceros molares y cómo pueden impactar en el resto de tus dientes.
Si conservar las muelas del juicio es viable, el dolor durante su aparición será inevitable y para ello recomendamos estas alternativas:
Gel dental analgésico
Esta sustancia puede adquirirse sin una orden médica, ya que se trata de un producto de venta libre, elaborado a partir de la benzocaína. Adormece sutilmente las encías, por lo que disminuye la sensación de malestar producida por las muelas del juicio.
Uso de analgésicos o antiinflamatorios
Si ya has pasado por el consultorio de tu dentista, es probable que el especialista recomiende el uso de analgésicos o antiinflamatorios para aliviar el dolor asociado a las cordales.
Compresas de hielo
Son muy útiles para aplicarlas en la mejilla o sobre la zona de la mandíbula donde se concentra el dolor. El frío adormecerá el rostro, ayudará a disminuir la inflamación y desde luego te ayudará a combatir el dolor.
Colutorios de agua con sal
El agua salada cuenta con propiedades desinfectantes naturales, por lo que suele ser muy recomendable para tratar molestias o inflamación en las encías. Con la llegada de las cordales, el tejido de las encías se rasga, produciendo no sólo dolor, también es un blanco fácil de las bacterias.
Enjuagar tu boca con una solución de agua con sal será muy útil para mantener la higiene bucodental y mitigar el dolor.
¿Cuándo es necesaria la extracción de la muela del juicio?
Si el dolor es persistente y aún no has sido evaluado por un dentista, te aconsejamos acudir cuanto antes a una consulta odontológica. Una cordal impactada puede causar problemas serios en tu salud bucodental a medio plazo, si no es atendida a tiempo.
En nuestra clínica contamos con todas las herramientas para evaluar el estado de tus dientes y proponerte la mejor alternativa de tratamiento según tu caso. Visítanos.